El punto de partida de mi viaje (mi «puerto de Palos») será desde un mar de girasoles. Porque es el símbolo de la zona en que nací. Es cierto que podría haber elegido el trigo, y por qué no, la soja. Pero prefiero la estética de los girasoles, tal vez influenciado por pintores como Ismael Rodriguez o Vincebt Van Gogh.

Las vacas son otro de los referentes de mi pago chico. Tan gravitantes para la economía local. Parte indisoluble de nuestra identidad.

Sin embargo, el ícono distintivo es la mulita, una especie de armadillo, de caparazón dura, que abundaba en la zona cuando se dio nombre al primer asentamiento del lugar: Cantón Las Mulitas.